La piel, el cabello y las uñas no son independientes al resto del cuerpo y los dermatólogos lo saben bien. Como parte de su formación, dominan conocimientos en cirugía, reumatología, inmunología, endocrinología y otras especialidades asociadas con problemas cutáneos.
Por esta razón, cuando aparece una erupción, manchas o sensibilidad en tu piel, lo mejor es que acudas con un dermatólogo, el diagnóstico certero es clave para el éxito del tratamiento. Lo mismo sucede con el acné, la caída de cabello y alteraciones en las uñas.
Incluso, si lo que buscas es mejorar tu apariencia eliminando manchas de la edad, desvanecer arrugas o tratar la flacidez, es recomendable que sea el dermatólogo quien te aplique tratamientos cosméticos o de dermatología láser para evitar efectos contrarios.
Los dermatólogos consideran las condiciones de salud individuales y los cambios de la piel en cada etapa de vida antes de aplicar un tratamiento.
Para el cuidado de la piel
La piel es uno de los órganos más afectados por estar expuesto al medioambiente, malos hábitos, enfermedades y el paso del tiempo. Algunos de los problemas más comunes presentados en el rostro son acné, melasma, rosácea, fotoenvejecimiento y manchas. Mientras que los lunares, dermatitis, psoriasis, vitíligo e infecciones por virus, hongos, etc. afectan diferentes partes del cuerpo.
En los niños, los tratamientos más requeridos están orientados a combatir dermatitis del pañal, marcas de nacimiento y afecciones genéticas como el eccema. El especialista para este tipo de piel es el dermatólogo pediatra.

¿Cuándo recurrir a la dermatología láser?
Debido a los beneficios que ofrece el láser, este es cada vez más usado en la dermatología para tratar diferentes padecimientos. En Dermos hemos aplicado exitosamente terapias con láser para el rejuvenecimiento de la piel, eliminar arrugas, cicatrices de acné y manchas causadas por el sol. Se aplica sobre la piel de manera precisa en la capa más externa para la producción de nuevo colágeno, dando como resultado piel más firme.
Existe la opción de rejuvenecimiento con láser no fraccionado que elimina toda la capa superior de la piel, pero requiere más tiempo para la regeneración de la misma. La otra opción es el láser fraccionado que llega a la piel como un colador y el área no afectada ayuda a la regeneración de la piel en menos tiempo. Con este tratamiento se reducen las arrugas finas en rostro y manos, marcas en la piel, cicatrices por acné, cicatrices hipertróficas, poros dilatados, manchas por fotoenvejecimiento y rubor en el rostro causado por afecciones como el Síndrome de Cushing.

El láser Q-Switched se utiliza para remover manchas por enfermedades como Nevo de Becker, Nevo de Ota, Nevo de Ito, nevos hipercrómicos, lenticos solares, melasma y otras manchas en la piel. La terapia a base de radiaciones ultravioleta se usa para enfermedades como vitíligo, psoriasis y eritrodermias.
Para el cuidado las uñas
En los casos de hongos en las uñas es indispensable la administración de medicamentos antifúngicos para cortar la infección. También pueden aplicarse tratamientos con láser y, en pocos casos, se recomienda la cirugía.
Para el cuidado del cabello
En el caso de alopecia, puede tratarse con medicamentos y también con terapia ultravioleta B de banda estrecha. En Dermos contamos con la tecnología LEVIA y especialistas expertos en la aplicación de este tratamiento para dosificar la cantidad de energía y obtener buenos resultados.

Tratamientos cosméticos antienvejecimiento
Como parte de los tratamientos sin láser para mejorar la apariencia de la piel, nuestros dermatólogos recomiendan faciales clínicos que limpian, exfolian, hidratan y oxigenan la piel del rostro.
La microdermoabrasión es una exfoliación mecánica de la piel para retirar células muertas y mejorar la textura de la piel, atenuar pigmentación, reducir líneas de expresión y poros.

Los peelings son una opción un poco más agresiva que la microdermoabrasión y, por ello, es mejor que sean realizados por especialistas en dermatología cosmética. Se basa en exfoliar las capas superficiales de la piel para inducir la creación de nuevas capas de dermis y epidermis con células renovadas.
La toxina botulínica es ideal para reducir los signos de la edad, es decir arrugas en la frente, entrecejo y alrededor de los ojos. Mientras el ácido hialurónico se inyecta debajo de la piel, para recuperar el volumen en áreas como labios, mentón y pómulos. También se usa para atenuar el pliegue nasogeniano (de la nariz a la comisura de la boca).

El principal riesgo en todos estos tratamientos es que sean aplicados por personas que no conocen bien la estructura de la piel y anatomía, su relación con el resto del cuerpo y que usen materiales alterados. Por eso antes de someterte a un tratamiento, asegúrate de acudir con profesional de la dermatología.